Tothom pot tenir la seva opinió i totes són respectables, i del que es tracta és de confrontar arguments, però jo m’indigno quan s’utilitza la mentida i el menyspreu per  atacar alguna opció. I m’indigno quan un mitjà pretesament seriós dóna veu a opinions que es recolzen directament en falsedats i desqualificacions. Això em va passar  el dissabte passat, quan vaig llegir un article d’opinió al País signat per Gabriel Tortella, i titulat “El tigre que nunca debió salir de su jaula“. Dins de la limitació de les 200 paraules vaig escriure una carta al director, que no sé si em publicaran, però que vull compartir:

“El señor Gabriel Tortella en su artículo exhibe sin pudor un gran desconocimiento y desprecio de la realidad catalana. No hay frustración ni celos violentos por no ser el centro de España, ni por la supuesta insignificancia del catalán. Lo que hay es ambición para desarrollar nuestro potencial económico y cultural. Y esto no es ir en contra de España, sino a favor de Catalunya, y pasa por reclamar inversiones en infraestructuras equivalentes a las realizadas en otras regiones y respeto al modelo de inmersión lingüística. Y estando de acuerdo en que los ricos paguen más impuestos, esto tiene un límite, o acaso es justo que tengamos que hacer tantos recortes, mientras que comunidades receptoras se permiten bajar impuestos? En cuanto al adoctrinamiento mediante la educación, le recomendaría ver imágenes de la Vía Catalana, para darse cuenta de que muchos de los que acudieron fueron educados durante la dictadura, e incluso fuera de Catalunya, con lo que su teoría se desmonta. No es el govern de Catalunya el que crea independentistas,  sino personas y actitudes como la suya o la del gobierno del PP las que hacen que cada vez más gente creamos que la mejor opción es la independencia.”